Solo hay que mirar la oferta de los supermercados y los contenidos de los perfiles especializados en nutrición para advertir la preocupación creciente que hay entre la población por la alimentación y su impacto en la salud.
En esta dinámica, las despensas y frigoríficos de todo el mundo se han llenado de los conocidos cmo ‘superalimentos’ seleccionados en función de los beneficios que aportan a nuestra salud y qué nos ayudan a combatir a veces más que por su versatilidad y sabor.
La calabaza es, en este contexto, una de esas variedades que no pueden faltar especialmente durante los meses de otoño como septiembre. Esta fruta anaranjada es el centro de muchas recetas como el pastel de calabaza y un importante aliado para combatir algunas enfermedades.
No solo se puede utilizar para muchas recetas, también es una importante fuente de nutrientes esenciales como pueden ser las vitaminas A y C, el potasio, la fibra y los antioxidantes.
Enfermedades del corazón
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Para quienes tienen que cuidar especialmente su salud cardiovascular, la calabaza es una gran opción. Los motivos: su alto contenido en potasio que ayuda a regular la presión arterial y a contrarrestar el efecto del sodio, a la vez que la fibra reduce el nivel de colesterol LDL en sangre y se estimula la produccicón de óxido nítrico a través de la arginina.
Problemas de visión
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Al igual que la zanahoria, el consumo de calabaza puede ser beneficioso para la salud cardiovascular en tanto que es una fruta rica en zeaxantia, luteína y betacaroteno: antioxidantes que se arman para proteger a los ojos del daño que les causa la luz ultravioleta y la degradación macular.
Diabetes tipo 2
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Pero no solo la calabaza es beneficiosa para la salud, tamién sus semillas son útiles para gestionar la diabetes tipo 3 en tanto que tienen un bajo contenido en carbohidratos y son ricas en grasas saludables y magnesio.
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Este mineral presente en las semillas de calabaza es fundamental para regular los niveles de azúcar en sangre y puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina. Por otra parte, el alto contenido de fibra también ayuda a controlar los niveles de azúcar.
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