Dani Alves será libre pero con limitaciones. Se podrá mover por territorio español, pero no salir fuera del país, ya que no dispondrá de los dos pasaportes en vigor que tiene, el español y el brasileño. Además, la Audiencia de Barcelona quiere tenerlo controlado ante un “cierto riesgo de fuga” y por eso ha ordenado que cada semana se persone ante la sede del tribunal para saber que cumple con sus obligaciones. Por tanto, su presencia en los juzgados de Barcelona será habitual.
Además, tampoco podrá comunicarse ni acercarse a menos de mil metros de la víctima, de su lugar de residencia ni de su trabajo. Precisamente, la abogada de la denunciante explicó, tras conocerse la decisión de que Alves podría salir previo pago de una fianza de un millón de euros, que ella sentía “dolor, frustración y desesperación” por la orden de la Audiencia de Barcelona y que no la entendía.
Una vez en libertad, Alves podrá retomar su carrera futbolística. Si algún club lo acepta, podrá volver a entrenar y recuperar la forma física para seguir en activo. Dentro de la cárcel, en estos 14 meses que ha pasado en Brians 2, ha participado en partidos de fútbol y era un habitual en el campo que hay dentro del centro penitenciario. También podrá retomar sus salidas nocturnas con amigos o, si lo prefiere, asistir a eventos deportivos.
Más complicado volver a Brasil
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El jueves de la semana pasada, el exfutbolista Robson de Souza ‘Robinho’ fue detenido por la policía brasileña para cumplir la condena de nueve años que se le impuso en 2017 en Italia por violación. Robinho, de 40 años, fue hallado culpable de participar en una agresión sexual colectiva a una joven albanesa en una discoteca de Milán en 2013, en su etapa como jugador del AC Milan.
El Gobierno brasileño ha empezado una cruzada por acabar con las violencias contra las mujeres en su país, por lo que se mostró a favor de la decisión de la justicia. Las autoridades italianas solicitaron a la justicia brasileña que homologase la condena y que, en consecuencia, ordenaran que el ex futbolista ingresase en prisión.
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Si Alves escapase a Brasil estando en libertad provisional, se podría encontrar en la misma situación que Robinho y que tener que cumplir en su país la pena por violar a una mujer en la discoteca Sutton de Barcelona.